martes, 9 de junio de 2015

Las Enseñanzas Secundarias de Adultos en España: Informe del Consejo Económico y Social:

Por el interés que ha suscitado el informe 01/2009, titulado SISTEMA EDUCATIVO Y CAPITAL HUMANO la relevancia del organismo que lo ha emitido, el Consejo Económico y Social de España, la actualidad del tema ya que estamos en plena reforma educativa y la característica de ser el último informe de dicho organismo en materia educativa, hemos considerado importante reproducir textualmente algunos párrafos del mismo:

Comienzo de la cita:
INFORME 01|2009 del CES: SISTEMA EDUCATIVO Y CAPITAL HUMANO

Sobre el alto índice de fracaso escolar, en: 3.1 Enseñanza Obligatoria pág 25 s

Se trata éste de un término no exento de polémica y, en ocasiones, ambiguo, pero que en sentido amplio hace referencia al alumnado que no cumple con los requisitos educativos básicos. Las acepciones asociadas al fracaso escolar son diversas. En este informe vamos a analizar las tres comúnmente más utilizadas: alumnos sin título de Graduado en Secundaria Obligatoria, abandono escolar temprano (población entre 18-24 años que abandona los estudios habiendo alcanzado como máximo el título de Graduado en ESO), y bajo nivel en competencias clave. Se trata de tres síntomas de un mismo problema y, por lo tanto, poseen elementos comunes, a saber: afecta en mayor medida a hombres que a mujeres; comienza a manifestarse en la acumulación de retrasos en primaria pero sobre todo en secundaria; afecta a todas las comunidades autónomas aunque subsisten diferencias destacadas


3.1.1. Alumnos sin título de Graduado en Secundaria Obligatoria
El porcentaje de alumnos que abandonan la ESO sin la obtención de Graduado en Secundaria Obligatoria es especialmente elevado. Nada más y nada menos que en torno al 27 por 100 del alumnado finaliza la enseñanza obligatoria sin titulación. Y lo más alarmante, es que, con ciertas variaciones, se ha mantenido desde el curso 2001-2002

Estos datos serían menos preocupantes si los jóvenes que abandonaron la enseñanza obligatoria sin la titulación correspondiente se reengancharan posteriormente al sistema educativo, es decir, si hubiese incentivos que lograsen atraer su interés por cubrir sus lagunas educativas e incluso por seguir formándose. Los datos existentes muestran que el porcentaje de reenganche, aunque positivo (el 19 por 100 de los que abandonaron en 2000-2001 siguieron dentro del sistema educativo en los dos cursos siguientes), es muy mejorable. Esto denota la necesidad de tomar medidas al respecto en tanto que la no titulación en ESO deriva además en bajas tasas de escolarización en enseñanzas secundarias postobligatorias.

El nivel educativo en la España actual queda reflejado en el siguiente gráfico (pág 17 del informe del CES)




Los que decidieron reengancharse en el sistema educativo un año después de abandonar los estudios lo hicieron para cursar Programas de Garantía Social (5 por 100), en educación secundaria de personas adultas (7 por 100) y ciclos formativos de grado medio/enseñanzas artísticas (6 por 100).

Por ser un tema que nos afecta, en este estudio nos vamos a detener en el mencionado abandono escolar temprano. Apartado 3.1.2. p. 30 y ss

La Unión Europea ha establecido un indicador al respecto que, en parte, engloba al del apartado anterior, puesto que se refiere a la población entre 18 y 24 años que decide abandonar los estudios habiendo alcanzado como máximo el título de Graduado en ESO, (…) [Esta definición] permite la comparación con el resto de países de la Unión Europea.
España posee uno de los porcentajes de abandono escolar temprano más altos de la UE-27 (30 por 100), llegando a duplicar la media europea (15,3 por 100) , siendo Canarias una de las comunidades que ha experimentado una evolución negativa (tendencia decreciente en el abandono temprano) de estos datos en los últimos años; Gráfico I-13, pág. 31(…) .

3.2. EDUCACIÓN SECUNDARIA POSTOBLIGATORIA
Se considera que la graduación de los jóvenes en enseñanzas secundarias postobligatorias es imprescindible para realizar una carrera profesional y participar plenamente en el aprendizaje permanente, por lo que ya en 2003, el Consejo Europeo adoptó como punto de referencia el que, de aquí a 2010, al menos el 85 por 100 de los jóvenes puedan finalizar la enseñanza secundaria superior (bachillerato y ciclos formativos de grado medio).
España, con un 61,1 por 100 de los jóvenes que posee dicho nivel en 2007, se sitúa a 24 puntos porcentuales de este objetivo europeo, pero también lejos de los objetivos más modestos establecidos por el Plan Nacional de Reformas (74 por 100 en 2008 y 80 por 100 en 2010). Además, España no sólo continúa siendo el tercer país, después de Malta y Portugal, con menor proporción de personas de 20 a 24 años con este nivel de estudios, sino que es el único, junto a Luxemburgo, en el que dicha proporción ha disminuido desde el año 2000 (pág 51 informe CES).(…)

Por último, diferentes indicadores muestran que la participación de la población adulta en las enseñanzas postobligatorias, es aún insuficiente. El número de alumnos en enseñanza de adultos de carácter formal y a distancia por 10.000 habitantes (población de 18 a 65 años) en España en el curso 2005-2006 era de 141, siendo además su participación en las enseñanzas postobligatorias (concretamente un 11,8 en bachillerato) muy inferiores a las obligatorias (49,4 en EE iniciales de la educación básica y 61,4 en educación secundaria para personas adultas). Además, la participación de las personas más jóvenes en la educación de adultos es especialmente baja (solo un 14,2 por 100 del alumnado tiene entre 20 y 24 años)
La contribución del sistema educativo para elevar las tasas de graduación en educación postobligatoria de la población adulta, y especialmente de la más joven, hasta el momento no ha sido muy efectiva (pág. 57 del informe CES) (...)
En esta escasa participación de la población adulta en la educación postobligatoria puede influir la insuficiente motivación que merece la oferta existente, ya que estos niveles están concebidos más desde la lógica de la población escolar que desde la lógica de la población adulta, tanto por la rigidez de su estructura organizativa como en sus desarrollos curriculares. Por tanto, iniciativas como la introducción de una oferta modular flexible, una mayor potenciación de la educación a distancia, o un mayor uso de las TICs, revertirán posiblemente en un incremento de la participación de la población adulta en las enseñanzas postobligatorias (…)

3.1.5. Políticas de prevención y tratamiento del fracaso escolar
En todo caso, el sistema de educación debe permitir a los individuos desarrollar itinerarios de formación personalizados y adaptados a sus expectativas profesionales y a las demandas del mercado de trabajo, y facilitar la continuación y la mejora de los niveles formativos de quienes lo han abandonado antes de tiempo. Por ello, la lucha contra el abandono escolar exige también flexibilidad y apertura de la oferta educativa en las etapas postobligatorias. En este sentido, sería conveniente:
Profundizar las conexiones entre los diferentes ámbitos del sistema, mediante pasarelas que faciliten el paso desde la formación profesional a la educación general y viceversa, y aumentando la permeabilidad entre el sistema educativo-formativo y el mundo laboral, a fin de estimular el retorno a las etapas y ciclos formativos de los que han abandonado aquél prematuramente.
Permitir compatibilizar trabajo y formación mediante un aprovechamiento horario más intensivo de los centros docentes, mediante una mayor oferta de formación a distancia, o mediante una ampliación de la oferta de centros de formación de adultos (“centros de segunda oportunidad”). (pág 44, 238 y 246)


ÚLTIMOS INFORMES SOBRE EDUCACIÓN DE LA OCDE, MEC Y CES
REFERENTES:
“El gasto en educación en relación al PIB en 2005 (4,2) era inferior al de diez años atrás (en 1995 era del 4,7%)” (pág. 16).
“En España, el gasto público y privado en Educación Primaria, Secundaria y postsecundaria representaba en 2010 un 3,3% del PIB Esta proporción se ha reducido con respecto a 1995, cuando era de un 3,8% del PIB.” Pág 34